sábado, diciembre 25, 2004

MÁQUINA Y SUS OBREROS ESPECIALIZADOS


Máquina!... ¡funciona!


Jordi Batiste y Luigi Cabanach son los dos proletarios que dan sentido a uno de los retornos más inopinados del rock patrio. Les acompañan en su reincorporación al mercado laboral dos engrasadores con un extenso expediente, el teclista Toni “Chupi” Saigi y el batería Quim Vilaplana, además de contar con el concurso ocasional de la voz de Adela Batiste.
La extraña pareja son dos casi desconocidos encantados de haberse reencontrado. Y, por supuesto, les une su fascinación generacional por Dylan.
Batiste ejerce como ideólogo con los pies en la tierra, mientras que Cabanach –que o bien está sordo como una campana o de pequeño se cayó en una marmita de ácido- prefiere elucubrar sobre la faceta espiritual de un grupo cuyo eco todavía perdura. Su visión del asunto es que Máquina! no han regresado porque, en realidad, jamás se fueron.

Parece que la máquina del tiempo empieza a vibrar para sacudirse el óxido…


· ¿Qué conjunción astral ha propiciado el regreso de Máquina!, más de tres décadas después?

Jordi y yo presentamos el proyecto conjunto Maquinaciones en el festival Figarock. Paralelamente nos llegó la propuesta del grupo de jóvenes de la plataforma Stratus.Prog… y aceptamos.
Es algo curioso. Aunque hemos estado más de veinte años sin vernos y sin saber prácticamente nada el uno del otro, en nuestras trayectorias individuales hemos mantenido un espíritu “maquinero”, intentado ser sinceros con nosotros mismos y haciendo la música que sentíamos en cada momento.

· Imagino que cierta presión por parte de los viejos fans también habrá influido…

Pues no… En mi caso [Luigi] me he movido en circuitos muy distintos, trabajando con otros músicos –Amargós, Serrat, Maria del Mar Bonet, Gato Pérez…-, con gente muy alejada de lo que era el ámbito underground. De modo que no he tenido ocasión de reencontrarme con la tribu progresiva.

· ¿Qué ha sucedido con Enric, Tapi y el sueco?

Lamentablemente Tapi murió. Josep Maria Paris en este momento no se siente con suficientes fuerzas como para emprender la andadura del directo y la energía que conlleva. Y Enric Herrera está prácticamente retirado de la música. Pero todos están contentos de que, de alguna forma, nosotros retomemos este camino.

· A Tapi le perdí la pista hace tiempo, ¿cuándo se fue exactamente?

No te lo sabría decir, me lo comunicaron unos amigos comunes. Hace unos cinco o seis años... A Tapi todos le perdimos un poco la pista, y debido a su personalidad sensible creo que lo pasó mal y en soledad.

· ¿Ha resultado difícil engrasar la máquina, ponerla de nuevo en marcha tanto a nivel musical como de relaciones personales?

En absoluto. En Máquina! hubo un momento de piña espiritual entre nosotros. Además, desgraciadamente, la sociedad está como está y creo que hay necesidad de un tipo de artistas comprometidos que canten a la libertad. No ha resultado nada difícil.

· ¿Tenemos Máquina! para rato?

Definitivamente sí. No se trata de un recuerdo nostálgico de lo que fue en el pasado, sino una actitud comprometida.

· ¿Y llega con un nuevo disco bajo el brazo?

Es posible que surja alguna gente que tenga interés en algún proyecto discográfico. Esperemos…

· Habéis compuesto un par de temas nuevos, When Suzanne… y I Know You’ll Never Be Mine. ¿Cómo definiríais vuestro sonido?

[Luigi] Las canciones son básicamente las mismas, pero con un lenguaje más actual porque ahora lo hacemos mejor.
[Jordi] Evidentemente todos hemos mejorado, aunque la técnica musical no es lo más importante en este tipo de música, ni mucho menos. Lo interesante es que lo que antes conseguíamos en una canción ahora lo estamos consiguiendo en todas. Ese espíritu de tocar en libertad para transmitirle a la gente unas sensaciones personales que a veces son muy abstractas, casi surrealistas, y a veces resultan muy simples. A través de los ensayos hemos conseguido dominar este lenguaje.
Hoy en día sonamos básicamente igual, aunque tocamos distinto. Somos diferentes, nos hemos hecho mayores y eso nos hace más pasotas, más informales, porqué estamos ya un poco de vuelta de todo. Nos da igual si vendemos discos o no, eso es lo de menos, la verdad. Lo importante es salir al escenario y expresar cosas con la mayor libertad posible.

· ¿Una mayor pericia técnica implicará un menor grado de improvisación?

¡No, en absoluto! La improvisación va a asociada a este lenguaje, al sentido de la libertad que posee la música progresiva.

· ¿Cuál es vuestra respuesta a los que invoquen la nostalgia facilona, la jugada comercial o, simplemente, a aquellos que creen que todo tiene su momento y no le encuentren maldita la gracia?

Les diría que aquello que cantó Dylan de cuanto tiempo ha de pasar para que las bombas dejen de estallar todavía es vigente. Además, los años te hacen crecer espiritualmente.

· En los últimos tiempos vivimos inmersos en un eterno retorno en lo musical, una espiral cíclica en la que, sin embargo, el rock progresivo ha sido sistemáticamente silenciado. ¿Por qué?

Porque es un género underground que está fuera de su control.



DE LA MAGDALENA PROUSTIANA
AL CROISSANT LAYETANO



La aureola de Máquina! es inversamente proporcional al grosor de su legado discográfico, a penas un puñado de singles, una grabación capturada en vivo (En Directo, 1972) y un único disco grabado en estudio. ¡Pero menudo disco!
El influyente Why? (1970) permanece incólume como una de las piezas angulares del rock ácido destilado al sur de los Pirineos, un vinilo de proporciones clásicas que sigue cotizándose al alza en los cenáculos coleccionistas. Y una sombra alargada con la que al parecer Jordi Batiste ha sabido convivir sin complejos.


· ¿Qué sensación produce el haber participado en la creación de un disco legendario?

La verdad es que hasta ahora no me había percatado de que aquello fue, y es, un referente muy importante. El autor es el que menos se da cuenta, porque cuando lo haces no estas pensando en ello, estás intentando expresarte con el máximo de libertad.
Quizá es que soy una persona muy realista e intento pensar que lo que hago siempre es un camino para llegar a algo realmente satisfactorio.
Lo que más me gusta es que hay gente joven que no nos conoció en absoluto y que escucha, conoce y le gusta esta música. Eso me da mucha satisfacción.

· ¿Predicas con el ejemplo, escuchas tus propios discos?

Los músicos en general no somos muy dados ni a escuchar lo nuestro ni lo de los colegas. Escucho cosas nuevas que me llegan de fuera, pero no nos escuchamos demasiado entre nosotros. ¡Nos conocemos tanto!
Ocurre con la música de Máquina!. Son discos que pones de vez en cuando, pero no te recreas mucho escuchándolos una vez y otra.
Hay un tema en el que no canto, el instrumental I Believe, que sí es una canción recurrente para mí. Después está el Thank You de Luigi, que es una canción que en mi casa siempre se ha puesto muy a menudo, e incluso mis hijas se la saben de memoria. Pero el Why? entera, con sus veinticinco minutos, creo que sólo la habré escuchado cuatro o cinco veces a lo largo de estos treinta años.

· ¿Es cierto que el disco se grabó en maratonianas sesiones nocturnas?

Sí, fue una grabación nocturna y muy pasada de vueltas. Habíamos tocado mucho durante todo el día y estábamos ya en un estado casi hipnótico que era muy propicio para esta creatividad tan… exhaustiva.
En aquellos tiempos grababas los discos sin cronómetro. Tampoco existía la figura del productor. Y como no nos preocupábamos del presupuesto, el caso es que tocabas lo que te daba la gana.
Why?, por ejemplo, debía ser en principio una canción normal, de cuatro o cinco minutos. Pero empezamos a enrollarnos y recuerdo muy bien que observaba a los técnicos de sonido por si nos hacían señas para que parásemos, pero veía que no, que ponían una cara sonriente… así que continuamos.

· ¿Qué influjo tuvieron ciertas substancias en la música de Máquina!?

La gente a veces me pregunta si hacíamos una música lisérgica… No sé exactamente lo que hacían los otros, pero contrariamente a lo que pueda parecer no me consta que las drogas fueran para nosotros un hábito o un método de trabajo… a menos que se tratara de un par de whiskeys, o lo que fuera.
Aunque en aquella época sí es cierto que la gente que venía a escucharnos se metía sus porros, y el LSD estaba muy de moda. Pero nosotros no basábamos nuestra creatividad en la experiencia del ácido.
En mi caso es otra historia. Creo que lo que tengo dentro de mi cabeza y lo que intento expresar con mi música es a veces tan alucinante que realmente no necesito ningún tipo de estímulo.

· La portada con un reloj de bolsillo incrustado en un croissant sobre fondo blanco lleva tu firma.

Siempre he concebido el arte como algo multidisciplinar y en el caso de las portadas de discos siempre he querido hacerlas yo, o meter baza, o al menos controlar el diseño.
Esta fue una cosa que llevaba muy pensada. Quería un objeto transformado, manipulado, que resultara surrealista. En aquella época y con amigos como Jaume Sisa o Pau Riba nos autodenominábamos surrealistas catalanes e incluso teníamos una etiqueta identificativa: la Nueva Estética. Era una historia en la que había un punto de provocación.

· Por cierto, ¿de dónde demonios salió el nombre del grupo?

Viene de un compañero que había hecho la mili -en aquel tiempo no había ido ninguno de nosotros- y nos explicó que cuando a alguien le metían una guardia decían: “¡máquina, dos cafés!” [Jordi acompaña la exclamación con un gesto inequívoco que denota la jodienda que debía suponer aquello para el sufrido recluta]. Y en un almuerzo creativo con un tipo de la discográfica lo adoptamos. Y con el signo de admiración final, que es muy importante.

· ¿Cómo fue recibido Why? en su tiempo? Aquello no encajaba demasiado en el contexto de la época y supongo que debió descolocar a más de uno.

Yo venía de tocar canción catalana con Els Tres Tambors, con el Grup de Folk, con Sisa, y conocía bien el movimiento reivindicativo cultural. Recuerdo que con Máquina! noté un cambio en las caras, en el tipo de gente que venía a vernos. Creo que hicimos un salto para llegar a un público más amplio y diferente al que yo estaba acostumbrado en los festivales de folk, incluso culturalmente. Quizá el hecho de cantar en inglés hizo que mucha gente superara algún posible prejuicio contra el catalanismo.



PEPITAS DE ORO EN EL CEDAZO



En 1993 se procedió a reedición digital del catálogo del sello EDIGSA –gemas de Música Dispersa, Om, Tapiman, la Orquesta Mirasol, Pau Riba…- con resultados desiguales. El sello especializado barcelonés Wah-Wah Records ha asumido la encomiable tarea de reconstruir con mimo la herencia discográfica de bandas de aquel período como Pan y Regaliz, Vainica Doble, Cerebrum, Evolution, Los Buenos, Tabaco...
Máquina! es una de las joyas de la corona. Why? reluce en una edición limitada y remasterizada en vinilo, incluyendo un libreto interior con fotografías y biografías y la reproducción del póster promocional original.
Se acompaña de un apetitoso complemento, Máquina!... Funciona!, asimismo en (doble) vinilo. Una compilación de todos los singles del grupo, los cortes aparecidos en recopilatorios y grabaciones inéditas de la época.
El quinteto dejó material para un segundo disco, jamás publicado. Batiste admite que “hay muchas cosas inéditas, porque antes de que Enric Herrera y yo nos fuéramos a la mili grabamos bastante material que luego no salió. De hecho Why? tenía que ser un disco con muchas canciones y se quedó sólo con tres temas. En aquellas sesiones grabamos cosas que están localizadas. Me complace que algunas de ellas se hayan recuperado, más que nada porque está bien que queden documentalmente”.



LA MÚSICA DE LA MENTE vs.
LA CUENTA DE RESULTADOS



Insospechadamente el regreso de Máquina! a los escenarios ha venido propiciado por el impulso de Stratus.Prog, autodenominada Plataforma para la Promoción del Rock Progresivo, con base de operaciones en Barcelona.
¿Rock progresivo en un mundo regresivo? Ingrata tarea en favor de un género tan maltratado como desconocido. “El colectivo lo formamos una serie de aficionados al progresivo y al rock sinfónico que llevamos muchos años impulsando este tipo de música y a todos los grupos que se arriesgan con este tipo de formato. Con la plataforma hemos querido unir esfuerzos y plantearnos algo más ambicioso, más allá de lo poco que se ha hecho hasta ahora”.
El dilatado currículum de sus cuatro miembros fundadores refleja una envidiable dedicación a la causa, tanto en el ámbito nacional como internacional: colaboraciones en diversas publicaciones (Lunar Waves), fanzines (Acid Dragon, Aristillus, Paraphernalia, Sirius, Varia) y e-zines (Progvisions), intervenciones en programas de radio, creación de sellos musicales especializados (Sirius Records), incursiones musicales y management de artistas, así como la organización de eventos, entre estos el StratusProg Festival 2003, el Tiana Prog-Rock Festival o La Noche Mágica de Jerez de la Frontera de 1989, considerado como el primer festival progresivo celebrado en nuestro país.
El panorama está bastante mal porque los grandes canales de difusión están totalmente cerrados a estos formatos. Es muy difícil que el público en general llegue a conocer este tipo de música. Por ello en los conciertos casi siempre vemos las mismas caras”.
El perfil del fan progresivo responde al de ”una persona que investiga en lo musical, que está totalmente fuera de los parámetros y las estructuras establecidas por los medios de comunicación y las discográficas. Somos básicamente investigadores musicales, buscamos nuevas formas y sensaciones que nos hagan vibrar y nos emocionen”.
La plataforma cuenta con una quincena de bandas asociadas que mantienen encendido el ardor progresivo en la escena independiente. Es el caso de Soma Planet, Syd Barretina o los andorranos Hysteriofunk, que ejercieron como teloneros de Máquina! en su primer concierto de retorno. “Para la presentación oficial de la plataforma queríamos una propuesta potente, con la que la gente se diera cuenta de que estamos trabajando fuerte. La mejor opción para darnos a conocer era Máquina!, que representan el gran grupo progresivo. Después de tantos años ha valido la pena rescatarlos de nuevo y no fue nada difícil convencerlos. Si todos los grupos mostraran la misma flexibilidad sería fabuloso”.
El futuro pasa por la captación del mayor número posible de grupos en una concentración que facilite su promoción. Y barajan la creación de un sello discográfico propio a través del cual las formaciones interesadas puedan editar sus trabajos con el marchamo Stratus.Prog Records.